El sector público y privado deben gestionar juntos los datos para lograr una movilidad más sostenible
El sector del automóvil reclama ayudas para lograr que los vehículos más antiguos salgan de las carreteras.
Sentar las bases para alcanzar la ansiada movilidad sostenible en España, así como implantar en la población nuevas opciones de desplazamiento tecnológicamente avanzadas y más adaptadas a las nuevas necesidades de los usuarios, es una tarea compleja que exige a fabricantes, administración y usuarios conformar un engranaje que funcione.
Para Ion Cuervas-Mons, CEO de WONDO, la app de movilidad multimodal de Ferrovial, las nuevas alternativas de transporte están infrautilizadas por los usuarios, que siguen apostando por el vehículo propio, menos sostenible y menos económico. “Las plataformas multimodales como Wondo pretenden ser una alternativa real al coche privado».
Nuevos sistemas que tardarán en llegar dado que los usuarios siguen optando por el coche privado frente a otras opciones de movilidad, por lo que los asistentes del evento que EL ESPAÑOL celebró en Fundación PONS, junto a Ferrovial y Groupe PSA, del Ciclo Smart Mobility. Movilidad sostenible: alternativas de futuro y nuevas formas de movilidad, coincidieron en la necesidad de apostar por el transporte público como una de las claves para iniciar un movimiento sostenible entre los ciudadanos. En cualquier caso, y conscientes de que los automóviles tienen mucho que decir en la reducción de las emisiones, Marta Blázquez, vicepresidenta ejecutiva de Faconauto, pidió mirar las cosas con mesura antes de cargar todas las tintas contra el el sector automovilístico.
Para Blázquez -y según datos de BP-, «Europa es responsable del 10% de las emisiones mundiales, de ese porcentaje España sólo causa el 8,7% de emisiones y, de esa cantidad se atribuye al transporte el 27% que, a su vez se dividen en tres tercios: uno es transportes ligeros; otro, transportes pesados, y el último, pertenece a aviación y transportes marítimos. Esto no significa que vayamos a escaparnos del reto que se nos ha marcado, ni que dejemos de contribuir a la lucha del cambio climático; pero es importante no poner el foco donde no corresponde».
Una opinión en la que coincide José Antonio León, director de Relaciones Institucionales y Comunicación de Groupe PSA España y Portugal, quien recordó que una de las primeras medidas que deben adoptarse es la de ayudar a rejuvenecer el parque automovilístico que, en España, tiene 13 años de media «siendo uno de los más antiguos de Europa». A su juicio, esa decisión permitirá una drástica reducción de emisiones contaminantes, ya que los nuevos coches gasolina y diésel emiten mucho menos que los más viejos.
Ahora bien, León insistió en que su grupo lleva años produciendo vehículos sostenibles (eléctricos fundamentalmente). Actualmente en España fabrica el Corsa en Zaragoza, el Peugeot 2008 en Vigo y a partir de 2020 se fabricará un tercer modelo. Ahora bien, para que este tipo de vehículos vayan entrando en el mercado y sean aceptados por los ciudadanos es necesario que «haya una cierta pedagogía de uso de un coche electrificado e incentivos que permitan al cliente final acceder a un vehículo eléctrico, que todavía sigue siendo caro”.
Para Cuervas-Mons el tipo de motorización que tendrán los coches será una de las cuestiones a abordar de cara a futuro, pero no la única. «Creo que hay muchas más cosas que van a revolucionar la movilidad. En 10-15 años estaremos hablando del coche autónomo, sin conductor, y me preocupa que aún no hayamos empezado a trabajar en serio en esta realidad, y que no empecemos a pensar en que el software es clave para conseguir todo esto. Se recogen cada vez más datos y es importante que empresas privadas y públicas aprendan a gestionarlos juntas, a través de una política de Open Data, que permita una movilidad no sólo más sostenible, sino también más eficaz y segura”.
Un guante que recogió el coordinador general de Movilidad del Área de Gobierno de Medioambiente y Movilidad del Ayuntamiento de Madrid, Federico Jiménez de Parga, explicando que ése es uno de los grandes objetivos del consistorio, pero que cuenta con numerosas trabas legales y de protección de datos. «La tecnología supera la legalidad, y eso hace que se ralentice todo», dijo. En cualquier caso, la idea del equipo municipal de Gobierno pasa por «permitir que cada ciudadano se pueda mover con la opción que prefiera», sin primar a unas tecnologías frente a otras o unos modos de transporte frente a otros (en referencia a los nuevos modelos de negocio como el motosharing o los patinetes).
Jiménez de Parga recordó que el objetivo del Ayuntamiento es «poner en marcha Madrid 360”, un proyecto que pretende electrificar la capital (tarea nada sencilla), para que realmente sea posible desplazarse con un vehículo eléctrico dentro de la ciudad». Junto a ello anunció que se pondrá en marcha en 2020 una línea de ayudas para dar 50 millones de euros anuales en subvenciones destinadas a renovar el parque de vehículos, a incentivar las ventas de coches, tanto eléctricos como poco contaminantes. Además, la EMT va a invertir en 500 autobuses eléctricos. «Es un gran esfuerzo para la administración, no sólo económico, sino también por parte del equipo humano, que tendrá que trabajar más para hacer esta realidad posible”, sentenció.
Los usuarios también tuvieron representación en esta mesa de debate. De la mano del delegado en Madrid de AUVE (Asociación de Usuarios de Vehículos Eléctricos), José David García, explicó que el cambio en las formas de movilidad (tanto de servicios como el paso de la gasolina o el diésel al eléctrico) es imparable. Explicó que él como conductor ha notado un ahorro notable (cercano a los 6.000 euros) en el uso de su vehículo, y descarta que haya problemas a la hora de electrificar las ciudades y las carreteras del país. «Red eléctrica e Iberdrola sostienen que, aunque se electrificara el 100% del parque móvil en España, habría potencia y red suficiente», ha explicado.
Presión sobre la industria
Por su parte, Raúl González, Media Mobility Comunication Consultant de World Shopper, una plataforma que estudia cómo se fabrican, se distribuyen, y se mantienen los vehículos, destacó la presión que hay sobre esta industria: “En el ámbito de la automoción contamos con una presión regulatoria desde Bruselas sobre las emisiones y, también, sobre la restricción al tráfico rodado en las ciudades, donde no solamente hay objetivos sino que hay fechas. La revolución industrial tardó en gestarse un siglo y medio y nosotros pretendemos cambiar toda la movilidad en apenas dos décadas. Es cierto que ahora va todo muy deprisa, pero quizá es demasiado pretender hacer todo lo que queremos hacer en ese tiempo».
Un llamamiento en el que coincidió José Antonio León, de Groupe PSA, quien recordó además que “los ambiciosos objetivos de reducción del CO2, pueden tener consecuencias para la actividad de las fábricas y el mercado en Europa. Para minimizar este impacto, en Groupe PSA contamos con plataformas flexibles multienergía donde podemos fabricar todo tipo de vehículos, térmicos (gasolina o diésel), eléctricos o híbridos enchufable; lo que nos permite adaptar nuestra producción a las necesidades del mercado muy rápidamente, protegiendo nuestra empresa y ofreciéndole al cliente lo que necesita».
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